Cómo nuestra responsabilidad profesional no es sólo corporativa

Ver pasar la oportunidad de participar en la transformación del mundo desde la ventana de la pasividad no es una opción. Implementar los ODS es una cuestión voluntaria, pero indicativo de la madurez, salud, conocimiento y capacidades tecnológicas y económicas de las compañías que decidimos integrarlas en nuestro ADN. 

Ahora que muchos nos encontramos disfrutando de unas merecidas vacaciones, la mayoría en parajes naturales de belleza sin igual, y en nuestro caso durante un par de días en el paraíso que es sin duda Baiona, la que alberga a la Pinta, la que celebra La Arribada y por ello hermanada con nuestra paisana Palos de la Frontera, aquella primera ciudad europea en conocer la existencia del Nuevo Mundo de manos de Martín Alonso Pinzón. Bueno, pues ahora que como digo disfrutamos de la belleza de la naturaleza, es cuando debemos reflexionar sobre cómo queremos interactuar con nuestro entorno en el más amplio de los significados.

ODS, Agenda 2030

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, conocidos por sus siglas ODS, es una iniciativa de Naciones Unidas por la que el 25 de septiembre de 2015, 193 líderes mundiales aprobaron la Agenda por la que se comprometen a actuar sobre 17 factores claves con el fin de “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible». 

Si asuntos como la pobreza y el medioambiente ya eran conocidos y tratados desde hace algún tiempo ¿Qué hace diferente a los ODS? Con la anterior agenda casi vencida, y con muy buenos resultados respecto a los objetivos inicialmente marcados, se añade a esta nueva hoja de ruta todos aquellos aspectos aprendidos durante la aplicación de los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM, 2000) como puede ser la incorporación de métricas cuantitativas para medir eficazmente y comparar, en mi opinión una de las más importantes mejoras; y a su vez los ODS representa una magnífica oportunidad para incorporar nuevos factores que quedaron olvidados en la anterior etapa como son la Sostenibilidad, Equidad, Universalidad, Compromiso y Alcance. 

responsabilidad profesional

Plan de acción de las empresas y directivos

Otra de las mejoras desde mi punto de vista es el papel importante que directivos y empresas tenemos para participar activamente del cambio. Porque las empresas son agentes claves del ecosistema de relaciones internacionales y locales, y las personas que trabajamos en ellas disponemos de la voluntad para afrontar y poner solución a los problemas más acuciantes de nuestro planeta, poner a las personas en el centro, mejorando su bienestar y el del mundo.

Por otro lado, en el desarrollo sostenible existen nuevas posibilidades de negocio que hay que saber identificar y aprovechar, porque el desarrollo sostenible no debe ser considerado como una herramienta de marketing para simplemente hacernos eco de algunas buenas acciones, sino que debe formar parte del valor de nuestra propia estrategia de negocio, debe estar verdaderamente alineada con nuestros comportamientos, y reflejada en la personalidad de todos los que en ella trabajamos. Como escuché decir una vez: “esto del desarrollo sostenible no va de cómo gastamos el dinero, sino de cómo lo ganamos”.

Así pues, os invito a todos a pensar sobre cómo queremos incidir en el mundo que nos rodea, en las personas que las habitamos, y os lanzo el reto de desarrollar un plan de acción por el que desarrollo sostenible sea parte importante de vuestra estrategia de negocio. 



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